lunes, 14 de noviembre de 2011

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER?

En las etapas tempranas, los síntomas pueden ser muy sutiles. Entre éstos se encuentran:

-Repetición frecuente de frases

-Ubicación equivocada de cosas con frecuencia

-Dificultad para recordar el nombre de objetos conocidos

-Perderse en rutas conocidas

-Cambios de personalidad

-Convertirse en una persona pasiva y sin interés por las cosas que antes disfrutaba

-Algunas cosas que el individuo solía hacer bien se tornan difíciles, como llevar el control de uso de la chequera, jugar juegos complejos (como bridge) y aprender rutinas o informaciones nuevas y complejas.

A medida que avanza la enfermedad, los déficits se hacen más evidentes. Algunos de los síntomas son:

-Disminución en el conocimiento de los hechos recientes

-Olvido de hechos de la vida propia, se pierde esencialmente conciencia de quién se es

-Problemas para escoger la ropa

-Alucinaciones, discusiones, golpes, vidas y conducta violenta

-Desilusión, depresión y agitación

Algunas tareas que probablemente presenten dificultades para una persona en esta etapa son: preparar alimentos, conducir, vestirse, viajar fuera de rutas familiares y manejar las finanzas.

En la enfermedad de Alzheimer severa la persona ya no puede vivir sin ayuda. La mayoría de las personas en esta etapa ya no reconocen el lenguaje, no reconocen a los miembros de la familia y ya no son capaces de desempeñar las actividades básicas de la vida diaria (como comer, vestirse y bañarse).

Alzheimer es una enfermedad demencial que lleva a una pérdida de la capacidad intelectual. Los síntomas normalmente se presentan en adultos mayores de 65 años (aunque también puede afectar a personas de 40 y 50 años), pueden incluir pérdidas en las habilidades del lenguaje -como dificultad para encontrar palabras, problemas en el pensamiento abstracto, juicio pobre, desorientación en tiempo y espacio, trastornos de conducta y personalidad. El resultado general es una notoria disminución en las actividades personales y en el desempeño del trabajo.

Por el Dr. Héctor E. Solórzano del Río

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